Relatos de viaje, guías prácticas, consejos para hacer pan por el camino y reflexiones de chichinabo.

02. Estado civil: amigos

Hay algunos asuntos que se han repetido en las conversaciones que he tenido estos días con distintas personas. El caso de Marcelo Pecci, las bondades de la caña con pomelo, el asunto energético de la represa de Itaipú y la necesidad de que busque una mujer paraguaya.

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01. El día de la marmota

Pedro Edgar replica el tumpa-tumpa del reguetón que suena en la radio golpeando con su anillo en la palanca de cambios del coche que me lleva del centro de Madrid al aeropuerto.

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Pole pole, muzungu!

El primer —y último— libro de un panadero en moto por África como pollo sin cabeza, recoge los relatos escritos durante un viaje en solitario de más de 20.000 km, a través de 7 países sobre una pequeña moto de 150 cc.

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¿Y ahora qué?

Al regresar del viaje africano no fueron pocas las veces que me hicieron preguntas como: ¿No tuviste miedo? ¿Qué fue lo que más te gustó? ¿Qué comías? ¿Qué animales viste? Por mi parte, la única cuestión a la que necesitaba encontrar una respuesta era: ¿Y ahora qué?

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28. Malaria

La (odiosa) burocracia ha hecho imposible continuar con el viaje. Pero a veces cuanto peor, es mejor. De haberme permitido la entrada en Nigeria, probablemente la enfermedad se habría manifestado allí. Quién sabe lo que habría ocurrido, pero lo que es seguro es que no me encontraría ante el problema de decidir cuál de los tres platos posibles quiero que me sirvan para cenar en este hospital muniqués.

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27. Seis, Dios mediante

Los requisitos para solicitar las visas no están pensados para los que viajamos a nuestro aire. Siempre quieren fechas, reservas de hotel, billetes de avión, referencias de locales que respondan por ti y otras cosas por el estilo que te obligan a mentir. Me equivoqué dando una fecha muy tardía para mi entrada en Congo Brazzaville y he llegado a la frontera demasiado pronto, pero no quiero esperar más, voy a intentar entrar ya.

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26. Monsieur le blanc

Se están acercando en mi espejo retrovisor. Son tres en la misma moto que acabo de adelantar. Vienen muy pegados y, de repente, noto cómo empujan mi moto hacia un lado. Obviamente, intentaba pasar demasiado cerca y uno de los dos pasajeros ha tenido que separarnos. Van riendo, disminuye la velocidad hasta que vuelvo estar a su altura. Entonces, claramente, el de atrás empuja la bolsa que llevo sobre la parrilla.

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25. Las reglas del juego

El Club Naval de Luanda está en La Ilha, una especie de apéndice estrecho que queda enfrente del skyline luandés. Hacia el otro lado, hay playa y puesta de sol, a la que acudo ya casi como un rito cada día, a tomar un par de latas de Cuca que encuentro cerca, frías y baratas, y a repasar lo que he hecho y lo que queda por hacer.

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24. Una de cal

De la playa donde me fumé el puro hay que salir por un camino que alterna cantos rodados y arena fina y buenos desniveles. De aquí, a una carretera perfecta y, de nuevo, cuando acaba, 200 km de pista machacada por camiones que la Pili soporta mejor que yo, que llega prácticamente hasta la siguiente ciudad importante.

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23. La ausencia de problemas

«Tu problema es la ausencia de problemas» es una frase que me habrá dicho mi padre tantas veces como rapaz, buruají, cartapafio o gaznápiro. Puede que sea así. Eso explicaría el cacao mental de últimamente.

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22. Como pollo sin cabeza

Cada día de las últimas semanas he contemplado y, a veces, determinado, varias direcciones por las que seguir el viaje, que han ido desde su finalización hasta la vuelta al punto de partida. Varios amigos me han hablado de una crisis a los tres meses de viaje (cumplidos el 17 de abril). Si estas dudas se deben a una “crisis de los tres meses” no lo sé. Lo que sí sé es que la goma del émbolo de la cocina se ha roto y no puedo cocinar.

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21. Me fumo un puro

Vuelven a oírse los gruñidos de los hipopótamos a escasos metros de la tienda y, sin embargo, esta vez el efecto que producen es muy distinto. Ahora estoy a orillas del Zambezi, que va hasta arriba, poco antes de precipitarse Cataratas Victoria abajo, pero estoy en Namibia.

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20. Planteamientos

Seguramente, hoy no es el mejor día para tomar decisiones. Estoy cansado y ayer hice la tontería de beber un poco más de la cuenta, así que arrastro la resaca y la fatiga de no haber dormido mucho y de los últimos días de moto, sol, lluvia y poca comida. Sin embargo, tengo que tomar una decisión rápido porque se me acaba el tiempo, pero no estoy seguro de estar interpretando bien lo que ha pasado en los últimos días.

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19. ¡Coño, el negro!

Hacía mucho tiempo que no estaba en la oscuridad total. Siendo total, absoluta. Me he metido en la tienda por dos motivos. Uno es que los mosquitos (o los cien tipos de bichos con alas que hay), me estaban asediando. El otro es el ruido que hacen los hipopótamos que están en el río, a unos 20 metros de la tienda. Vamos, que estos dos motivos pueden resumirse en uno: estoy acojonado.

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18. Inercia

Cruzar la frontera de Zambia con Tanzania me sumió en un estado de euforia (contenida) que me ha llevado a lanzarme, sin muchas contemplaciones, a empezar la ruta hacia España por la costa oeste africana. El mero hecho de empezar el viaje era lo más importante y lo hice. Conseguí la moto, conseguí recorrer parte de Tanzania y conseguí cruzar la frontera con Zambia, que era una gran barrera en mi cabeza.

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Por qué estoy viajando en moto por África

Parece que haya que tener un motivo profundo, razonado y fundamentado para llevar a cabo cualquier acción. O, a lo peor, tener un PROYECTO que explique lo que haces, que lo justifique. De la misma manera que tiene que haber un “para qué” y, por supuesto, una utilidad.

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17. La parte contratante

Trato de mantenerme tranquilo ante el próximo objetivo: cruzar la frontera con Zambia. Aunque esto requiere de cierto esfuerzo, no es un estado que se alcance y ya está, hay que buscarlo todo el rato. Como no he tenido en cuenta el calendario,  cuando llego a la última población importante antes de la frontera, es viernes. Así que voy a esperar hasta el lunes para el ataque a la burocracia.

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16. El color del dinero de color

Es evidente que el mensaje se pierde por el camino la mayoría de las veces. Ya no estoy en Ifakara y, sin embargo, me llegan SMS y correos de las monjas  —que no debieron entender que me iba—, invitándome a cenar o preguntándome por qué no he vuelto. Mary, la dueña del pub junto a la casa de huéspedes Holiday Inn que me surtió de cerveza, también me escribe. Quiere dinero.

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15. Upendo Sisters Bakery

Toc, toc, toc.

—Jambo, I am looking for Sister Olympia.

—Me, me.

Lo que se dice llegar y besar el santo. Las hermanas franciscanas tienen tres grandes edificios de ladrillo rojo separados por varias calles de tierra del mismo color, una rotonda y unos cuantos árboles gigantescos.

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14. Un ojo en la carretera y otro en el espejo

Etapa maratón. 10 horas para hacer 500 km. Algún día tenía que hacerlo, ver hasta dónde podemos llegar Pili y yo, y creo que ese es nuestro tope diario. Aunque había algunos tramos donde la carretera estaba en construcción, casi todo el trayecto entre Mnenya, cerca de Babati y Sanga Sanga, cerca de Morogoro, lo hago por asfalto.

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13. Noruega capital Arusha

No hay nadie a quien dejar la llave de la habitación, así que la pongo junto a la cocina portátil en la que me hicieron la cena anoche. Es muy temprano. No tengo nada que hacer aquí y sí mucho camino por delante y cierta inquietud por ver qué pasará en las puertas que crucé ayer y por donde se suponía que no me iban a ver el pelo nunca más.

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12. Elige —más o menos— tu propia aventura

Por una cosa y por otra, he acabado en este camino. Sé que no estoy solo porque, de vez en cuando, hay cabras y, si hay cabras, hay masai y, aunque yo no le vea, él a mí sí. De pronto, el camino se ha dividido en muchos caminos más pequeños. Después de unos kilómetros, me doy cuenta de que elegir el más grande esta vez no ha funcionado y de que voy conduciendo de cara al Kilimanjaro (que sigue escondido detrás de las nubes) cuando debería estar a mi espalda.

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11. Ndio Bwana

Christian, el agricultor del orfanato que también tiene una Boxer, se ofreció ayer a acompañarme al fundi (mecánico o cualquier otro profesional que se dedique a construir o reparar) experto en estas motos donde lleva la suya. Me voy encontrando con mucha gente servicial en extremo (a veces sin pedir nada a cambio pero, eso sí, a su manera, que significa que es más importante lo que ellos quieren hacer por ti que lo que realmente necesitas).

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10. Kigombe-Lushoto

Y ahí vas tú, te crees primo hermano de Gerard Farrés camino del podio en el Dakar, heredero natural de Marc Coma, la versión offroad de Valentino Rossi, mientras exprimes los 12 cv de tu pequeña piki piki, que devora los baches y roza por abajo en cada escalón de esta escarpada pista en vertiginoso ascenso en algún punto de los montes Usambara cuando, al negociar la salida de una curva muy cerrada, te los encuentras.

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09. Cruces

Lo que iba a ser un par de días en esta playa entre Pangani y Tanga, ya va por seis. La suerte de estar haciendo turismo en moto, sin más pretensión que la de viajar por viajar, sin grandes objetivos marcados, sin tener que ser el primero en nada, me da esta libertad.

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08. Bagamoyo-Pangani

¡Clin, clon, clan! Acabo de dejar la carretera asfaltada y, apenas he rodado unos metros por la primera pista que esperaba con ganas, cuando la palanca de cambios se sale de su sitio para quedarse tendida en la carretera. Debe de haber algo mal con mi pierna izquierda, con La Milana ya tuve el mismo problema.

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07. Piki piki Pili

De vuelta en Bwejuu me siento como en casa. Sé que ya son mis últimos días, haré un poco más de pan con Michiel todavía, pero son los últimos coletazos de esta etapa. Al menos, por esta temporada.

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Comprar una motocicleta en Tanzania

Comprar una motocicleta nueva en Tanzania y circular legalmente con ella disponiendo sólo de un visado turístico es relativamente sencillo. A continuación, detallo los pasos que seguí en enero de 2017 para comprar una Bajaj Boxer BM150X en Dar es-Salaam, por si te puede orientar en tu compra.

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06. Dar es-Bajaj

El fin de semana se presentaba ocioso. Con el viaje a Dar es-Salaam a la vuelta del domingo la impaciencia me corroía, así que adelanté el viaje un día. El sábado siguió ocioso, como amenazaba, pero, al día siguiente, sin más, me presenté a pie de carretera a esperar el siguiente dala dala a la ciudad.

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05. Bora Bakery 2. Panaderos a la carrera

En Bora Bakery, además de los problemas diarios del trabajo en la panadería, hay un gran problema añadido en cuanto a la burocracia y la legalidad. La panadería consta legalmente como parte del hotel y Michiel, como trabajador. Es la única vía posible para poder arrancar el negocio, ya que el Gobierno es muy proteccionista y no resulta fácil para el extranjero desarrollarse laboralmente, ni como empresario ni como trabajador.

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04. Bora Bakery

Mr. Vuai está terminando de doblar, a martillazos, sobre la oxidada tapa de un diferencial, el último tornillo que servirá de anclaje de las tres cajas de madera que terminó ayer mismo y que, si el ingenio funciona, instalaremos en un momento en la moto de Michiel, dos a los lados y otra sobre la parrilla trasera.

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03. Piki piki, dala dala, casi casi

Por más que lo haya leído y visto en vídeos y aunque ya haya conducido por Marruecos, la carretera africana sorprende a cada metro. Siempre hay alguien que va de un sitio a otro, en cualquier medio, transportando cualquier cosa. Siempre hay alguien en la cuneta, esperando, descansando o vendiendo. Siempre.

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02. Pantone rosa casi rojo

Amanece muy pronto, hacia las 6 es completamente de día, o sea, que empieza a clarear bastante antes. Desayuno en la terraza con café, pan de Michiel, tomates y, ya que se ha levantado el veto vegetariano en esta casa, salchichón del Luis. Sin lactosa pero con un montón de pimienta, o sea, bien.

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01. Llegada

Ya estoy en Zanzíbar. El viaje con Ethiopian Airlines ha sido largo, con retrasos incluidos, y escala en Roma, transbordo en Addis Ababa y nueva escala en Kilimanjaro. Es el precio que hay que pagar por tener mejor precio.

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